Como es habitual en las salidas de fin de semana, y que el viernes ya dormimos en la localidad desde donde empezamos la ruta, a media tarde empezamos a reencontrarnos con compañeros de aventuras, que hacía tiempo no coincidimos, Albert y Sra., Sebas y Sra., Joan, Santi, y más habituales como Alfonso, Alberto, Jose Manuel, Jesús, Juan, y nuevos clientes como Alex y Ana.
y empezamos bien el esperado fin de semana, una buena y elaborada cena en el hotel MasMonzon, de Monzón, después de la cena, comentamos la ruta del día y a dormir.
A la mañana siguiente, como ya es habitual, la mayoría más que puntuales, a desayunar, y con ganas de arrancar.
Nos esperaba un buen clima, para hacernos disfrutar aún más de los parajes que visitaremos.
Las primeras pistas camino del pirineo, eran por las llanuras cerca de Monzón, Fonz etc, pero poco a poco fuimos tomando altura, y los caminos iban variando su orografía, haciéndose cada vez más variados, pasando de pistas rápidas y suaves, a pistas más sinuosas y pedregosas.
Todo transcurría plácidamente y según lo previsto, pero tuvimos que esforzarnos en las labores de navegación para superar algún que otro imprevisto. Llegamos después de “topar” con una espectacular prueba clicloturistica, al restaurante Río Ésera en Santaliestra, donde reponemos fuerzas.
Por la tarde nos quedaban 60km más para llegar a nuestro objetivo.
La pista se hizo más sinuosa y pedregosa, pero cruzando paisajes inhóspitos y espectaculares, que nos acercaron definitivamente a Ainsa, al Hotel Apolo, donde Jose Antonio nos tenía preparado un acogedor hotel, y que la asistencia de Manel, nos brindó con amabilidad las maletas en las habitaciones.
Después de una recuperadora ducha, nos encaminamos al casco antiguo de Ainsa donde disfrutar de una cervecita previa a una espectacular cena que el Mesón Alberto nos brindó, y que además nos habilitó una sala para nosotros para poder disfrutar del partido de futbol.
El domingo, disfrutamos de un trayecto espectacular, coronando espectaculares montañas con vistas sobre los embalses de la zona, que nos llevaron alegremente hasta Monzón, donde nos pudimos asear y cambiar por cortesía de Nacho del Hotel MasMonzon, y donde realizamos la comida de despedida.
Otro fin de semana de aventura, y Quad y sin incidentes.
Pronto más.
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